¡Hola chic@s!
Volvemos a encontrarnos en otra entrada y seguimos hablando sobre el ciclo menstrual. Ahora nos centraremos únicamente en sus fases.
Como ya mencioné en entradas anteriores, durante el ciclo menstrual suceden una serie de cambios fisiológicos en el cuerpo de la mujer, concretamente, debido a un par de hormonas: la folículo estimulante y la luteinizante, que estimulan la secreción de progesterona; estas promueven la ovulación y estimulan a los ovarios, al útero y a las mamas para prepararse para una posible fecundación.
¿Cuáles son las fases del ciclo menstrual?
- Folicular: Esta fase empieza el primer día de sangrado menstrual, dura unos 13 o 14 días y termina con la liberación del óvulo y el desarrollo de los folículos. De las tres, es la que puede variar más, porque tiende a acortarse cerca de la menopausia. Al comienzo, el revestimiento interno del útero está lleno de líquido y nutrientes destinados a la manutención del futuro embrión. Si el óvulo no ha sido fertilizado, los niveles hormonales caen, y como resultado, las capas más externas se desprenden y sucede la menstruación.
- Ovulatoria: Esta fase dura habitualmente entre 16 y 32 horas. Comienza cuando se produce un pico de hormona luteinizante, que estimula el folículo. Entre 10 y 12 horas después, el óvulo se liberará y podrá ser fertilizado durante 12 horas. Como los espermatozoides sobreviven de 3 a 5 días, un óvulo puede ser fecundado incluso antes de ser liberado. El embarazo puede ocurrir entre 5 días antes y uno después de la ovulación, aunque estos datos pueden variar de un ciclo a otro y de una mujer a otra.
- Lútea: Esta fase dura alrededor de 14 días, excepto si hay fertilización, y finaliza justo antes del periodo menstrual. En ella, el folículo se cierra después de liberar el óvulo y forma una estructura denominada cuerpo lúteo, que secreta, progresivamente, progesterona. Y, ¿sabéis de qué se encarga? Prepara al útero, engrosando su pared y acumulando líquido y nutrientes, para albergar un posible embrión. Además, espesa la mucosidad del cuello uterino para dificultar la entrada de espermatozoides o bacterias y aumenta la temperatura corporal.